Siempre que hablamos de la historia de la Misión Carismática Internacional de Bucaramanga nos remontamos a los distintos lugares en las cuales nos hemos estado congregando. A continuación mostraremos una reseña de lo que ha sido la evolución de nuestra iglesia desde la llegada de nuestros pastores Esteban y Mariela Chaves, el 20 de julio de 1989.
Como antesala a la llegada de nuestros pastores Esteban y Mariela Chaves, el pastor César Castellanos venía a dirigir las reuniones en la Concha Acústica y el antiguo Hotel Bucarica; simultáneamente el pastor Esteban venía cada miércoles a presidir la reunión general; sin embargo, la primera vez que vino a predicar fue en el ya deteriorado Teatro Municipal, ubicado en la calle 37 con cra. 27.
La iglesia inició con 30 miembros, siendo la primera meta alcanzar las 500 personas. Este propósito estaba plasmado en un aviso de icopor que decía: “500 personas para Cristo”. Inicialmente no había una banda como la que ahora tenemos; en esa época se usaba un equipo de sonido con tocadiscos.
A los 6 años de estar en esta casa y dado el espíritu visionario de nuestros pastores, se tomó la decisión de tumbarla para hacerle una remodelación completa. Lo más especial fue la participación de toda la iglesia, tanto en la demolición como en la reconstrucción, convirtiéndose en lo más impactante la puesta de la placa y el techo, y ni que decir del derrumbe de la fachada que fue todo un acontecimiento para la cuadra, pues, dado que se hizo en la noche, al amanecer para los vecinos del sector ya no existía el habitual frente de la casa.
Mientras se desarrollaba la reforma, la MCI de Bucaramanga se ubicó en una casa de la calle 51 con carrera 28, en el barrio Sotomayor, lugar que tenía una capacidad para 120 personas aproximadamente, y en el cual se alcanzaron a realizar hasta tres reuniones los domingos y una de jóvenes los sábados. Allí logramos a tener 400 miembros.
Durante los siguientes 4 años, nos instalamos en una casa de la carrera 26 con calle 21, que inicialmente era un lugar abandonado, por lo cual hubo la necesidad de hacerle algunas adecuaciones como la instalación del cielo raso para el aislamiento acústico, además de una tarima.
Y entramos a la etapa final. Manteniendo una visión de multitudes y dado que el crecimiento había sido sobrenatural, optamos por rentar lo que hasta ese entonces funcionaba como fábrica de cigarrillos, conocida como Compañía Colombiana de Tabaco. Este acontecimiento significaba una conquista del cielo y una derrota para el enemigo, pues lo que un día servía para acabar vidas, desde ahora comenzaría a ser instrumento para salvar muchas más..
Y aquí ya llevamos 6 años, con una membresía actual de 10 mil personas, 2.250 células, más de 20 sedes en Santander, tres convenciones internacionales realizadas por fuera del templo, y grandes victorias como la de llenar la Plaza de Toros y lanzarnos a conquistar el Estadio de fútbol, pero con el sueño más importante en estos 20 años de historia: levantar un templo más adecuado, amplio y confortable, con el fin de darle la gloria a Dios y seguir ganando más vidas para Jesús.
Al igual que en las anteriores ocasiones, hoy día también se hace indispensable la vinculación de todos los miembros de la iglesia para levantar el Centro de Convenciones MCI Bucaramanga; quizá en esta oportunidad no se requiera mano de obra como en las remodelaciones de la 35, la 26 o Coltabaco, pero sí se necesita la participación generosa y desinteresada con el fin de cumplir el sueño de Dios para su pueblo.